viernes, 28 de marzo de 2014

Visto en: NÁUTICA Y YATES M@GAZINE: Revisando el aparejo, detectar daños ocultos

Pocas revisiones a bordo merecen que seamos tan meticulosos como con la jarcia fija. Al desgaste continuado, las presiones, las cargas y los golpes hay que añadir la corrosión externa a la que está expuesta en uno de los ambientes más abrasivos que nos podamos imaginar: salitre, sol y humedad. 

La jarcia de un velero es esencialmente una máquina. El palo produce una carga de trabajo en la jarcia fija, los herrajes y los cadenotes en cada bordo, trasluchada y pantocazo. También trabaja la jarcia de labor, las drizas y las escotas sobre las poleas, con los movimientos de botavara u otros aparejos. Incluso cuando navegamos a motor en un día de calma, los cables y herrajes están bailando al ritmo de un pistón.


Veamos los elementos y puntos clave a revisar y qué hay que buscar para asegurarnos de que nuestra jarcia fija está sana...


Texto de Isidro Martí


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