sábado, 23 de febrero de 2013

Vendée Globe, Alessandro Di Benedetto gana su particular regata.

En toda competición se establece una clasificación... en ella, delante del nombre de los participantes sale un número ordinal que indica su posición final. En casi todas las competiciones, el que ostenta el guarismo "1º" se lleva todos los honores... como mucho, otros dos participantes suben al podíum y son reconocidos, pero en la Vendée Globe, sin ninguna duda, TODOS son vencedores. Enhorabuena a Alessandro por ser el último vencedor de esta edición de la Vendée Globe, una de las regatas más duras.

Alessandro Di Benedetto, Team Plastique, undécimo
Alessandro Di Benedetto ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe a las 15 horas, 36 minutos, 30 segundos, hora española, de este viernes 22 de febrero y ha conseguido la undécima posición de la vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia. Al finalizar su vuelta al mundo en 26 días más que el vencedor, François Gabart, consigue acabar la regata con la menor diferencia entre el primero y el último de todas las ediciones de esta competición. Su tiempo de regata es de 104 días, 2 horas, 34 minutos, 30 segundos. Su velocidad media sobre la distancia teórica del recorrido (24.393,41 millas) ha sido de 9,8 nudos. Ha recorrido 28.840 millas sobre el agua, a una velocidad media de 11,5 nudos. Ha llegado a 26 días, 00 horas, 17 minutos, 50 segundos del vencedor, François Gabart, y 5 días, 4 horas, 38 minutos, 20 segundos después del anterior clasificado, Tanguy de Lamotte. 

© JEAN-MARIE LIOT / DPPI / VENDEE GLOBE

Alegría mediterránea
Un rayo de sol sobre la Vendée Globe. Con su buen humor perpetuo, su contagiosa satisfacción de estar en el mar, su acento cargado de color, Alessandro Di Benedetto ha conquistado el corazón del público. Pero además ha conseguido un resultado deportivo muy notable.

Culpa de Cali
Cuando en julio de 2010 llega a Les Sables d’Olonne tras completar una vuelta al mundo en solitario y sin escalas en una cáscara de nuez de tan solo 6,50 metros de eslora, Alessandro Di Benedetto inmediatamente llama la atención de la pequeña comunidad de regatistas oceánicos de la ciudad. Muchos de ellos se han forjado en la Mini-Transat y les cuesta concebir que se puedan aguantar 268 días seguidos en el mar en solitario, pasando por el Gran Sur, en un espacio vital tan restringido. Entre todos esos navegantes, Arnaud Boissières, Cali, no ha olvidado sus años navegando en Mini. Es pues muy normal que invite a Di Benedetto a navegar en su 60 pies IMOCA. En la cabeza de Alessandro pronto empieza a tomar forma un nuevo sueño: estar en la línea de salida de la Vendée Globe 2012-2013.

Un barco con tres Vendée Globes en su estela
Es también muy lógico que echara el anzuelo sobre el barco que llevó Arnaud Boissières en la Vendée Globe 2008, Sébastien Josse en 2004 y Thomas Coville en 2000. No es el barco más rápido precisamente, pero es relativamente sencillo de llevar. Además, Di Benedetto podrá beneficiarse de los consejos de Boissières. Instalado en Les Sables d’Olonne, el navegante franco-siciliano se convierte en el segundo adoptado por la región, sobre todo teniendo en cuenta que es una empresa muy arraigada en Vendée quien se convierte en su patrocinador. Cuando toma la salida de la Vendée Globe, el pasado 10 de noviembre, Alessandro zarpa un poco a lo desconocido, como prueba el hecho de que cargue avituallamiento para 140 días (ha completado el recorrido en 104).

Pequeñas satisfacciones
La regata de Alessandro Di Benedetto no se puede comparar con la de sus rivales. No solo no dispone de un barco que le permita rivalizar con los otros veleros del pelotón; él tampoco tiene experiencia de regatas oceánicas. Así pues, decide navegar a su ritmo, para ir conociendo poco a poco su barco. Perjudicado además por una gripe contraída antes de la salida, sus primeros días de regata son especialmente difíciles. Pronto se ve relegado a la cola de la flota y tiene que encontrar otras fuertes de motivación para vivir lo mejor posible su vuelta al mundo. A partir de entonces Di Benedetto construye su regata con mucha inteligencia en torno del valor de las pequeñas satisfacciones de la vida diaria.

Un pájaro, una huerta a bordo, crepes
Y así cuenta su vuelta al mundo. Y así explica su encuentro con una garcilla bueyera, las ensaladas que planta en una pequeña huerta que se monta para poder comer verdura fresca, o los platos que cocina. Celebra como se merece cada paso simbólico que supera, con una mención especial para un O Sole Mio antológico al cruzar la longitud del cabo de Leeuwin, el extremo sudoccidental de Australia.
El 17 de enero dobla el cabo de Hornos en el tiempo –con una diferencia de un solo día- de Arnaud Boissières con este mismo barco cuando terminó séptimo en la Vendée Globe 2008-2009.

La felicidad de navegar
El paso del cabo de Hornos permite visualizar de una forma distinta la regata del patrón del Team Plastique. No se ha conformado con alegrar sus citas cotidianas con un buen humor permanente y un optimismo a prueba de dificultades; el navegante ha ido domando poco a poco su barco y ha acabado llevándolo al ritmo propio de un verdadero regatista oceánico. Sufre un buen número de averías, como la pérdida de varias de sus velas de proa o sus problemas con las drizas, que lo obligan a subir varias veces hasta la perilla del mástil. En la remontada del Atlántico, una caída en la bañera tras una trasluchada involuntaria le cuesta la rotura de una costilla. Pero ni siquiera así se queja. Jamás se ha desviado de este buen rollo que da fe de su felicidad de estar navegando.
Al llegar a Les Sables d’Olonne este viernes 22 de febrero, mejora en más de un día el tiempo empleado hace cuatro años por su colega Arnaud Boissières, el mismo que le animó a correr esta Vendée Globe. Seguro que Boissières no se lo tendrá en cuenta, más bien todo lo contrario.

Datos
- Mayor distancia recorrida en 24 horas: 405 millas a una media de 16,9 nudos, el 15 de diciembre
- Les Sables – Ecuador: 15 días, 20 horas, 03 minutos (récord ostentado por Jean Le Cam en 2004-2005 en 10 días, 11 horas, 28 minutos)
- Ecuador – Buena Esperanza: 16 días, 09 horas, 25 minutos (récord JP Dick 12 días, 02 horas, 40 minutos)
- Buena Esperanza – Cabo de Leeuwin: 14 días, 20 horas, 45 minutos (récord F. Gabart 11 días, 06 horas, 40 minutos)
- Cabo de Leeuwin – Cabo de Hornos: 25 días, 03 horas, 16 minutos (récord F. Gabart 17 días, 18 horas, 35 minutos)
- Cabo de Hornos – Ecuador: 18 días, 05 horas, 08 minutos (récord F. Gabart 13 días, 19 horas, 28 minutos)
- Ecuador – Les Sables d’Olonne: 17 días, 15 horas, 57 minutos y 18 segundos


 
“Me habéis hecho llorar de emoción”

© OLIVIER BLANCHET / DPPI / Vendée Globe

Alessandro Di Benedetto ha entrado en el espacio Galilée para dar su rueda de prensa bajo una atronadora ovación y ante pancartas en su honor. En un ambiente muy relajado, el patrón franco-italiano ha contestado las preguntas del público con su legendaria naturalidad.
Su voluntad durante la regata No me ha faltado voluntad durante la regata, y creo que la gente lo sabe. Todo el mundo me ha apoyado y estoy muy contento. En la Vendée Globe no solo hay el aspecto del patrocinio, ni solo el aspecto deportivo. Si consigues que la gente se lo pase bien, es magnífico. Si llegas a hacer sentir algo único, aunque sea solo a una persona, eso me hace realmente feliz y me basta.

Su padrino
Mi padrino, VDH (Jean-Luc Van Den Heede), es un poco el símbolo o uno de los más grandes de la Vendée Globe. Espero que lo haya hecho sentir orgulloso. Para mí es un gran honor estar asociado a él, ya sea en el terreno deportivo o en el moral.

Su pudor con los problemas a bordo
Los verdaderos problemas los he explicado. Mi subida al palo cuando había olas fue un error que hoy no repetiría. No estaba bien preparado y no tenía experiencia para saber que no hubiera tenido que hacerlo. Afortunadamente no me pasó nada. Arriesgamos nuestra vida, pero esto también forma parte de la regata. No es una regata costera, es una verdadera vuelta al mundo. Los pequeños problemas son parte de la navegación. Para mí las cosas realmente importantes son las cosas graves que le pasan a la persona o al barco. Del resto no hay ninguna necesidad de hablar. Y todos mis problemas no han superado un cierto nivel, nunca he pasado miedo ni pánico. Incluso cuando me hice daño en la costilla, el doctor me tranquilizó inmediatamente y me dije que todo estaba bien.

Lo que ha aprendido
La Vendée Globe es algo extraordinario. Esos meses de preparación y de regata valen 15 años de una vida. Era necesario que montara todo un proyecto, pero encontré gente increíble. Yo era el mánager y el responsable de mi proyecto, era algo nuevo. Era como gestionar una pequeña empresa. Nos enfrentamos a ciertos problemas, pero pudimos superarlos gracias a vosotros, a vuestra solidaridad. Un ejemplo sencillo: cuando hacía viajar mi mástil en Les Sables, no pagué nada y vino gente a ayudarnos. Ni siquiera los coches tocaban la bocina. Eso prueba hasta qué punto la gente de aquí es generosa.

Su motivación
Nunca he ido al psiquiatra y quizás es hora de que vaya (risas). Lo que me motiva creo que viene de mi educación y del ambiente en el que me desarrollé de niño. Hay también la pasión, pero creo que son los padres y el entorno los que te llevan por un camino y hacia una forma de ser que tendrás toda la vida. El entorno es muy importante en la construcción de una persona. Permiten a los niños descubrir diversas pasiones.

El aspecto competitivo
Creo que te formas en la regata desde pequeño. Hay una escuela. Pero se pueden hacer cosas y vivir grandes aventuras sin haber seguido un recorrido de regatista. Yo tenía ganas de descubrir el mundo y es lo que me empujó a dar la vuelta al mundo en 6,50 con récords homologados. Para el aspecto competición de la regata, creo que se puede hacer, pero no me tienta de una forma especial. No haré regatas como la Figaro. Me gusta más la alta mar, la vuelta al mundo y los tres cabos (risas). No sé si estaré aquí dentro de cuatro años, pero me apetece. Pienso que también está bien tener otros proyectos. Veremos cómo evoluciona la regata, si se dirige hacia el monotipo. A mí lo que me gusta es la diferencia entre los navegantes, entre los barcos.

Sus futuros proyectos, quizás una vuelta al mundo al revés
No tengo forzosamente ganas de dar la vuelta al mundo al revés. Tener el viento de cara en el golfo de Vizcaya no es lo mejor (risas). La mar es muy difícil, puede matarte en cualquier momento y es realmente alto extraordinario. De momento, no es algo que me tiente, pero de todas formas es algo interesante. Y si hay un patrocinador y un buen barco, por qué no.

© JEAN-MARIE LIOT / DPPI / VENDEE GLOBE

Su paso de la línea
Tras cruzar la línea de llegada he vivido un momento intenso que conservaré toda la vida. Sois maravillosos y la Vendée Globe existe gracias a vosotros. Sois unos apasionados por el deporte, la naturaleza y eso no todo el mundo lo es. Durante una vuelta al mundo puedes morir en cualquier momento y al final haces algo extraordinario que compartes con personas extraordinarias. Sois magníficos y era un momento maravilloso que guardaré en mi caja de buenos recuerdos.

Su comida
La cocina, los dulces y la comida en general son muy importantes durante una Vendée Globe. Te permite aguantar en los momentos difíciles y mantener la moral.

© Benoit Stichelbaut

El entusiasmo del público
Lo he descubierto sobre la marcha. Me ha dado mucha energía para aguantar en esa regata. Intentaré encontrar tiempo para agradecer a todo el mundo, pero no he tenido tiempo de mirar todos los mensajes. Los ha habido de todo el mundo, de Japón, de California… Es muy emocionante leerlo y muchas veces me habéis hecho llorar de emoción. Gracias a todos.

La comparación entre el 6,50 y la Vendée Globe
Cada experiencia depende siempre de lo que se vive en el mar. Pero desde el punto de vista de dificultad, tuve mucha más en 6,50 que en un IMOCA. En determinados momentos, en 6,50, me preparaba a perder el mástil, la quilla... En cambio durante la regata he hecho puntas a más de 30 nudos y me lo he pasado bien. En el 6,50, me preguntaba constantemente si seguiría vivo al día siguiente. En una Vendée Globe también entra en juego la relación con los otros participantes. Y a nivel de comodidad, es totalmente distinto. En el Team Plastique, podía correr por cubierta y ponerme de pie en varios sitios, mientras que en el 6,50 ni siquiera podía estirarme correctamente. Por tanto, si tengo que compararlos, he encontrado más fácil la Vendée Globe. En la Vendée Globe, sales para volver, y esta vez me he sentido mucho más seguro.

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