Mike Golding, esperado entre la 7 y la 8 de la tarde.
Jean Le Cam ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe a las 13 horas, 14 minutos, 58 segundos, hora española, en medio de unas condiciones muy duras –viento de 25-30 nudos y olas de 4 metros- y planeando a toda velocidad. A sus 53 años, el navegante francés consigue así la 5ª posición de la regata en su tercera participación en esta vuelta al mundo en solitario, después de haber librado una dura batalla con Mike Golding, un rival con el que ha coincidido a lo largo de los años.
Su tiempo de regata ha sido de 88 días, 00 horas, 12 minutos y 58 segundos. Su velocidad media sobre el recorrido ha sido de 11,5 nudos. Ha recorrido 27.575,83 millas sobre el agua, a una velocidad media de 13,1 nudos. La distancia teórica del recorrido es de 24.393,41 millas.
Ha llegado a 9 días, 21 horas, 56 minutos y 18 segundos del vencedor, François Gabart, y a 1 día, 21 horas, y 9 minutos del cuarto clasificado, Jean-Pierre Dick.
Las ganas de tener ganas
Ha reaparecido el Rey. En su tercera Vendée Globe, Jean Le Cam ha sabido compartir sus alegrías y sus penas, sus pensamientos y sus temores, y ha permitido que el público conociera así un poco mejor el día a día de los navegantes solitarios alrededor del mundo.
Recuperación a tiempo
Y hubiera podido no estar en la salida. Nueve meses antes del inicio de esta Vendée Globe 2012-2013, Jean le Cam no tenía ninguna garantía de defender sus posibilidades en la regata de la vuelta al mundo en solitario. Después de su vuelco con el VM Matériaux en la anterior edición, y de romper el mástil del Président (el actual Gamesa) en la Barcelona World Race 2010-2011, la rueda de la fortuna parecía haberse girado en contra del triple vencedor de la Solitaire du Figaro y segundo de la Vendée Globe 2004-2005 tras una lucha con el cuchillo entre los dientes con Vincent Riou. El largo papeleo administrativo en torno a los seguros como consecuencia de la pérdida de su barco había absorbido sus fuerzas. Las condiciones no eran pues las ideales para preparar una nueva campaña.
Una preparación atípica
Fue finalmente a través de la escudería Absolute Dreamer que Jean Le Cam pudo lanzarse a la aventura. Corría el mes de febrero y el tiempo apremiaba. Recuperó el Renault ZE de la Barcelona World Race –ex Gitana Eighty de Loïck Peyron en la anterior Vendée Globe-, al que sometió a una drástica cura de adelgazamiento. Casi 950 kilos ganados le permitieron disponer de una máquina que, sin tener las prestaciones de los últimos prototipos, podía dar la cara.
A la vista del tiempo disponible antes de la salida, Jean Le Cam decidió concentrar sus esfuerzos en la preparación del SynerCiel, renunciando a los entrenamientos con los otros IMOCA o las regatas de pretemporada: “Para compararse, hay que estar al nivel; de lo contrario, no sirve para nada. Prefiero trabajar para estar a punto, antes que gastar mi energía intentando rivalizar con gente que se prepara desde hace dos años”.
Gánster a la fuerza
El inicio de la regata respondió a lo que esperaba. A bordo de los prototipos de última generación, los hombres de cabeza pronto abrieron un hueco. El ritmo sostenido, un mayor potencial de velocidad y condiciones meteorológicas que favorecían a los escapados hicieron que en tan solo una semana las diferencias fueran considerables. En el grupo delantero de los perseguidores, el patrón del SynerCiel se encontró luchando con dos participantes a los que conocía especialmente bien: Mike Golding y Dominique Wavre. La travesía de las calmas ecuatoriales fue beneficiosa para el trío de veteranos, que pisaron los talones de los hombres de cabeza. Jean Le Cam se imaginó convertido en cazador y se reinventó el título de una película muy popular en Francia en los años sesenta del siglo pasado, Gánsteres a la fuerza.
La mar en directo
Al llegar a los Cuarenta Rugientes, el rey Jean practicó un ejercicio que hubiera deseado ahorrarse. Una red se enredó en el bulbo de su quilla y al solitario no le quedó otro remedio que echarse al agua para desembarazarse de él, cuchillo en mano. Acabada la operación, no olvidó enviar imágenes de su epopeya explicando no solo los detalles de la faena, sino mostrando también su cansancio y su alivio al lograr su objetivo.
Los vídeos de Jean Le Cam han sido muchas veces verdaderos regalos. A veces eran reflexiones filosóficas sobre la regata, pero también han expresado su rabia cuando supo que el jurado lo había penalizado por una infracción en separación de tráfico del cabo de Finisterre, o han sido sus conversaciones con sus peluches o sus felicitaciones a los vencedores. Esta característica de este Jean Le Cam sorprende especialmente cuando se tiene en cuenta que, durante la Barcelona World Race, dejaba en manos de su compañero, Bruno García, todo lo referente a la producción de fotografías y vídeos, como si tuviera verdadera alergia a las imágenes.
Tan cerca, tan lejos
En la madrugada del 7 de diciembre, Jean Le Cam y Dominique Wavre se encontraron lado a lado. Los dos navegantes navegaron a pocas decenas de metros antes de que sus rumbos los separaran. El 22 de diciembre, Le Cam abandonó el grupo de los gánsteres. En tres días se colocó casi 500 millas delante de Mike Golding. La travesía del Pacífico le permitió conservar un adelanto relativamente cómodo sobre sus perseguidores. Dobló el cabo de Hornos en 5ª posición y pasó muy cerca de la punta de Tierra del Fuego de madrugada, cuando el faro del cabo aún estaba iluminado. Lo que debía ser un alivio pronto se trocó, sin embargo, en el inicio de su purgatorio.
El castigo atlántico
El Atlántico Sur fue despiadado con el pelotón de los perseguidores. Vientos variables, olas rompebarcos e imprecisiones de las previsiones meteorológicas fueron una constante que convirtió la remontada desde el cabo de Hornos hacia el Ecuador en una purga infame. Jean Le Cam vio cómo su mejor enemigo, Mike Golding, le pisaba los talones. Al cruzar el Ecuador, sin embargo, el francés mantenía una pequeña ventaja sobre su rival.
La última partida de ajedrez entre los dos se jugó al sur del anticiclón de las Azores. Jean Le Cam optó por rodear las altas presiones por el oeste para ir a buscar los fuertes vientos portantes que lo llevaran en volandas hacia la llegada.
Hoy Jean Le Cam podrá comprobar cómo se ha forjado, una vez más, una popularidad increíble. Quizás porque, al hablar con sencillez de lo que pasaba a bordo del SynerCiel, en el fondo ha estado hablando de la vida de cada cual.
Puntos de referencia
- Mayor distancia recorrida en 24 horas: 432 millas (18 nudos de media), el 30 de noviembre
- Les Sables d’Olonne – Ecuador: 11 días 20 horas 08 minutos (récord ostentado por el propio Jean Le Cam desde 2004-2005 en 10 días 11 horas 28 minutos)
- Ecuador – Buena Esperanza: 12 días 16 horas 40 minutos (record JP Dick 12 días 02 horas 40 minutos)
- Buena Esperanza – Cabo de Leeuwin: 14 días 03 horas 25 minutos (record F Gabart 11 días 06 horas 40 minutos)
- Cabo de Leeuwin – Cabo de Hornos: 20 días 03 horas 03 minutos
- Cabo de Hornos – Ecuador: 16 días 11 horas 41 minutos
- Ecuador – Les Sables d’Olonne: 12 días 17 horas 14 minutos.
Jean Le Cam ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe a las 13 horas, 14 minutos, 58 segundos, hora española, en medio de unas condiciones muy duras –viento de 25-30 nudos y olas de 4 metros- y planeando a toda velocidad. A sus 53 años, el navegante francés consigue así la 5ª posición de la regata en su tercera participación en esta vuelta al mundo en solitario, después de haber librado una dura batalla con Mike Golding, un rival con el que ha coincidido a lo largo de los años.
© Vincent Curutchet / DPPI
Ha llegado a 9 días, 21 horas, 56 minutos y 18 segundos del vencedor, François Gabart, y a 1 día, 21 horas, y 9 minutos del cuarto clasificado, Jean-Pierre Dick.
Las ganas de tener ganas
Ha reaparecido el Rey. En su tercera Vendée Globe, Jean Le Cam ha sabido compartir sus alegrías y sus penas, sus pensamientos y sus temores, y ha permitido que el público conociera así un poco mejor el día a día de los navegantes solitarios alrededor del mundo.
Recuperación a tiempo
Y hubiera podido no estar en la salida. Nueve meses antes del inicio de esta Vendée Globe 2012-2013, Jean le Cam no tenía ninguna garantía de defender sus posibilidades en la regata de la vuelta al mundo en solitario. Después de su vuelco con el VM Matériaux en la anterior edición, y de romper el mástil del Président (el actual Gamesa) en la Barcelona World Race 2010-2011, la rueda de la fortuna parecía haberse girado en contra del triple vencedor de la Solitaire du Figaro y segundo de la Vendée Globe 2004-2005 tras una lucha con el cuchillo entre los dientes con Vincent Riou. El largo papeleo administrativo en torno a los seguros como consecuencia de la pérdida de su barco había absorbido sus fuerzas. Las condiciones no eran pues las ideales para preparar una nueva campaña.
Una preparación atípica
Fue finalmente a través de la escudería Absolute Dreamer que Jean Le Cam pudo lanzarse a la aventura. Corría el mes de febrero y el tiempo apremiaba. Recuperó el Renault ZE de la Barcelona World Race –ex Gitana Eighty de Loïck Peyron en la anterior Vendée Globe-, al que sometió a una drástica cura de adelgazamiento. Casi 950 kilos ganados le permitieron disponer de una máquina que, sin tener las prestaciones de los últimos prototipos, podía dar la cara.
A la vista del tiempo disponible antes de la salida, Jean Le Cam decidió concentrar sus esfuerzos en la preparación del SynerCiel, renunciando a los entrenamientos con los otros IMOCA o las regatas de pretemporada: “Para compararse, hay que estar al nivel; de lo contrario, no sirve para nada. Prefiero trabajar para estar a punto, antes que gastar mi energía intentando rivalizar con gente que se prepara desde hace dos años”.
Gánster a la fuerza
El inicio de la regata respondió a lo que esperaba. A bordo de los prototipos de última generación, los hombres de cabeza pronto abrieron un hueco. El ritmo sostenido, un mayor potencial de velocidad y condiciones meteorológicas que favorecían a los escapados hicieron que en tan solo una semana las diferencias fueran considerables. En el grupo delantero de los perseguidores, el patrón del SynerCiel se encontró luchando con dos participantes a los que conocía especialmente bien: Mike Golding y Dominique Wavre. La travesía de las calmas ecuatoriales fue beneficiosa para el trío de veteranos, que pisaron los talones de los hombres de cabeza. Jean Le Cam se imaginó convertido en cazador y se reinventó el título de una película muy popular en Francia en los años sesenta del siglo pasado, Gánsteres a la fuerza.
La mar en directo
Al llegar a los Cuarenta Rugientes, el rey Jean practicó un ejercicio que hubiera deseado ahorrarse. Una red se enredó en el bulbo de su quilla y al solitario no le quedó otro remedio que echarse al agua para desembarazarse de él, cuchillo en mano. Acabada la operación, no olvidó enviar imágenes de su epopeya explicando no solo los detalles de la faena, sino mostrando también su cansancio y su alivio al lograr su objetivo.
Los vídeos de Jean Le Cam han sido muchas veces verdaderos regalos. A veces eran reflexiones filosóficas sobre la regata, pero también han expresado su rabia cuando supo que el jurado lo había penalizado por una infracción en separación de tráfico del cabo de Finisterre, o han sido sus conversaciones con sus peluches o sus felicitaciones a los vencedores. Esta característica de este Jean Le Cam sorprende especialmente cuando se tiene en cuenta que, durante la Barcelona World Race, dejaba en manos de su compañero, Bruno García, todo lo referente a la producción de fotografías y vídeos, como si tuviera verdadera alergia a las imágenes.
Tan cerca, tan lejos
En la madrugada del 7 de diciembre, Jean Le Cam y Dominique Wavre se encontraron lado a lado. Los dos navegantes navegaron a pocas decenas de metros antes de que sus rumbos los separaran. El 22 de diciembre, Le Cam abandonó el grupo de los gánsteres. En tres días se colocó casi 500 millas delante de Mike Golding. La travesía del Pacífico le permitió conservar un adelanto relativamente cómodo sobre sus perseguidores. Dobló el cabo de Hornos en 5ª posición y pasó muy cerca de la punta de Tierra del Fuego de madrugada, cuando el faro del cabo aún estaba iluminado. Lo que debía ser un alivio pronto se trocó, sin embargo, en el inicio de su purgatorio.
El castigo atlántico
El Atlántico Sur fue despiadado con el pelotón de los perseguidores. Vientos variables, olas rompebarcos e imprecisiones de las previsiones meteorológicas fueron una constante que convirtió la remontada desde el cabo de Hornos hacia el Ecuador en una purga infame. Jean Le Cam vio cómo su mejor enemigo, Mike Golding, le pisaba los talones. Al cruzar el Ecuador, sin embargo, el francés mantenía una pequeña ventaja sobre su rival.
La última partida de ajedrez entre los dos se jugó al sur del anticiclón de las Azores. Jean Le Cam optó por rodear las altas presiones por el oeste para ir a buscar los fuertes vientos portantes que lo llevaran en volandas hacia la llegada.
Hoy Jean Le Cam podrá comprobar cómo se ha forjado, una vez más, una popularidad increíble. Quizás porque, al hablar con sencillez de lo que pasaba a bordo del SynerCiel, en el fondo ha estado hablando de la vida de cada cual.
Puntos de referencia
- Mayor distancia recorrida en 24 horas: 432 millas (18 nudos de media), el 30 de noviembre
- Les Sables d’Olonne – Ecuador: 11 días 20 horas 08 minutos (récord ostentado por el propio Jean Le Cam desde 2004-2005 en 10 días 11 horas 28 minutos)
- Ecuador – Buena Esperanza: 12 días 16 horas 40 minutos (record JP Dick 12 días 02 horas 40 minutos)
- Buena Esperanza – Cabo de Leeuwin: 14 días 03 horas 25 minutos (record F Gabart 11 días 06 horas 40 minutos)
- Cabo de Leeuwin – Cabo de Hornos: 20 días 03 horas 03 minutos
- Cabo de Hornos – Ecuador: 16 días 11 horas 41 minutos
- Ecuador – Les Sables d’Olonne: 12 días 17 horas 14 minutos.
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