Comienza la segunda semana de la VENDÉE GLOBE con la flota estirada, dividida en dos grandes grupos desde el paso de las calmas ecuatoriales (Doldrums), y con posibilidad de que, a causa de la baja secundaria que se está formando entre Brasil y el pequeño archipiélago de Trindade y Martin Vaz, se estire y fragmente aún más. Si se forma esa perturbación y se mantiene, a los que consigan alcanzarla les llevará en volandas posiblemente hasta el Cabo de Buena Esperanza.
Un primer grupo de 17 barcos encabezado por Charlie Dalin (MACIF Santé Prévoyance) y cierra a 370 millas Damien Seguin (Groupe Apical). Louis Burton (Bureau Vallée) e Isabelle Joschke estan en una zona intermedia y a unas 700 millas otro grupo de 18 barcos liderados por Jean Le Cam (Tout commence en Finistère - Armor-lux)
«El reto en este momento es ser lo más rápido posible para aprovechar el sistema de bajas presiones que llega de Brasil, y sobre todo durante el mayor tiempo posible. Los que lleguen tarde tendrán más dificultades para aprovecharlo. Por eso no hay que retrasarse» resumió Nicolas Lunven (Holcim - PBR) que, como todos sus rivales directos, bombardea desde ayer por la tarde a una velocidad media de más de 20 nudos y empieza a navegar en el sistema de bajas presiones, del que se beneficiará realmente a partir de mañana, entre Salvador de Bahía y Río de Janeiro. «Las condiciones son excepcionales. En general, las bajas salen de la bahía de Itajaí. Por lo tanto, la que nos ocupa recogerá a los navegantes solitarios del grupo de cabeza muy pronto en el recorrido», explica Christian Dumard, asesor meteorológico de la regata, recordando que durante la edición de 2016 -la que batió récords de velocidad- Alex Thomson y Armel Le Cléac'h habían puesto el indicador 500 millas más al sur de lo que lo harán los líderes en esta ocasión. «En este contexto, podríamos hacer grandes tiempos alrededor del Cabo de Buena Esperanza», asegura el especialista. Sin embargo, lo condicional sigue estando a la orden del día, porque si bien parece bastante claro que los punteros lograrán encajonarse al norte de esta famosa zona cerrada de bajas presiones atmosféricas y, a partir de ahí, correr a favor del viento, directos hacia la punta de África, es difícil saber si les acompañará hasta el final o no.
CREER HASTA EL FINAL
«Se ha abierto la puerta para atravesar el Alto de Santa Helena, pero no es seguro que esta baja nos lleve hasta los Cuarenta Rugientes. Los modelos siguen indecisos a falta de más de cuatro días», explica Paul Meilhat (Biotherm). «Podría acabar en una situación bastante complicada», confirma Nicolas Lunven, que sin embargo está casi seguro de acumular millas a toda velocidad y en la dirección correcta durante los próximos días, lo que no es el caso de algunos de los otros patrones del primer grupo, como Boris Herrmann (Malizia) y todos los que le siguen.
«El reto en este momento es ser lo más rápido posible para aprovechar el sistema de bajas presiones que llega de Brasil, y sobre todo durante el mayor tiempo posible. Los que lleguen tarde tendrán más dificultades para aprovecharlo. Por eso no hay que retrasarse» resumió Nicolas Lunven (Holcim - PBR) que, como todos sus rivales directos, bombardea desde ayer por la tarde a una velocidad media de más de 20 nudos y empieza a navegar en el sistema de bajas presiones, del que se beneficiará realmente a partir de mañana, entre Salvador de Bahía y Río de Janeiro. «Las condiciones son excepcionales. En general, las bajas salen de la bahía de Itajaí. Por lo tanto, la que nos ocupa recogerá a los navegantes solitarios del grupo de cabeza muy pronto en el recorrido», explica Christian Dumard, asesor meteorológico de la regata, recordando que durante la edición de 2016 -la que batió récords de velocidad- Alex Thomson y Armel Le Cléac'h habían puesto el indicador 500 millas más al sur de lo que lo harán los líderes en esta ocasión. «En este contexto, podríamos hacer grandes tiempos alrededor del Cabo de Buena Esperanza», asegura el especialista. Sin embargo, lo condicional sigue estando a la orden del día, porque si bien parece bastante claro que los punteros lograrán encajonarse al norte de esta famosa zona cerrada de bajas presiones atmosféricas y, a partir de ahí, correr a favor del viento, directos hacia la punta de África, es difícil saber si les acompañará hasta el final o no.
CREER HASTA EL FINAL
«Se ha abierto la puerta para atravesar el Alto de Santa Helena, pero no es seguro que esta baja nos lleve hasta los Cuarenta Rugientes. Los modelos siguen indecisos a falta de más de cuatro días», explica Paul Meilhat (Biotherm). «Podría acabar en una situación bastante complicada», confirma Nicolas Lunven, que sin embargo está casi seguro de acumular millas a toda velocidad y en la dirección correcta durante los próximos días, lo que no es el caso de algunos de los otros patrones del primer grupo, como Boris Herrmann (Malizia) y todos los que le siguen.
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