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sábado, 6 de septiembre de 2025

La embarcación Makiato vence en la XXXI Regata Oceánica Palos - La Gomera

La embarcación Makiato, First 35s5, de Alvaro Muñiz Jimenez patroneado por Manuel Murube Fernandez, tras una travesía de más de 4 días (110 horas), se ha alzado con la victoria en ORC en esta edición de la regata.


La tripulación integrada junto al armador y el patrón, por Antonio Fernandez, Gonzalo de las Cuevas y Pablo Torres tras una travesía en la cola de la flota, era el barcos más pequeño y lento, han llevado a cabo una elección de rumbos que les ha permitido obtener una exigua ventaja de 20 minutos sobre el segundo clasificado, el Mar Amigo de Basilio Marquinez, Swan 42CS.

El viento fresco y establecido, junto con unas olas considerables pero favorables al rumbo, han permitido que la flota desarrollará una travesía rápida, recordemos el nuevo record establecido por el VOR70 Desafío 533 de Jose Carlos Sousa, de forma que los tres primeros clasificados en tiempo compensado estén tan solo separados por 20 minutos entre ellos, tras 760 millas!!

Ahora, tras la travesía, las tripulaciones podrán disfrutar de unas actividades organizadas por el Cabildo de La Gomera donde podrán disfrutar y conocer esta maravillosa isla.

A lo largo de estos días la organización ha analizado la presente edición e iniciado los primeros pasos para la próxima edición de 2027.


XXXI Regata Oceánica Pálos - La Gomera, Día 3

domingo, 31 de agosto de 2025

XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época. Las damas del mar cierran su desfile en Mahón

Spartan, Amorita, Mariska, Argos, Barlovento-Senda Azul se coronan como campeones de la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época


El Spartan (1913), en Época Cangreja; el Amorita (1935), en Época Bermudiana; el Argos (1964), en Clásicos; el Mariska (1908), en Big Boats; y el Barlovento-Senda Azul, (1975), en Espíritu de Tradición, son los ganadores de la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época, disputada en aguas de Menorca bajo la organización del Club Marítimo de Mahón desde el pasado 27 de agosto. La competición constó finalmente de tres pruebas, tras la anulación de la primera jornada por falta de viento, y reunió a una flota de 49 embarcaciones de 11 países, con unidades que abarcan desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX.

El momento más dramático de la semana, y por el que esta edición será recordada en el futuro, se produjo el jueves, cuando una súbita tormenta con fuerte precipitación y rachas de 53 nudos sorprendió a la flota y dejó fuera de combate a dos de los barcos más emblemáticos: el Tuiga (1909), completamente desarbolado, y el Lady Anne (1912), que sufrió la rotura del botalón y de una cruceta. Aquel día, la regata ofreció también sus estampas más bellas, al establecerse la línea de salida dentro de la rada de Mahón, junto a la Isla del Rey. Las dos pruebas siguientes (ayer viernes y hoy sábado) se disputaron con viento estable del sur y sin incidentes. En la última jornada, el anemómetro osciló entre los 6 y 12 nudos en distintos puntos de la travesía hasta la Isla del Aire, cuyo faro es el icono de esta regata considerada como la más importante del circuito de vela vintage del Mediterráneo.


En Época Cangreja (barcos anteriores a 1950 con aparejo trapezoidal), el Spartan (1913) logró su quinto título en la Copa del Rey Repsol, tras los obtenidos en 2016, 2022, 2023 y 2024. Diseñado por Nathanael Herreshoff dentro de la serie NY60, se impuso con claridad gracias a su mayor eslora y superficie vélica, sin que Rowdy (1916) ni Chinook (1916), sus tradicionales rivales y también firmados por el “mago de Bristol”, pudieran ponerlo en apuros. 


Estos dos últimos protagonizaron de nuevo un intenso mano a mano que se resolvió a favor del Rowdy, tras un año de profunda puesta a punto.


En Época Bermudiana (barcos anteriores a 1950 con aparejo triangular), el triunfo fue para el Amorita (1935), un sloop diseñado por Nicholas S. Potter y patroneado por Claudio Meali. Fue su primera victoria en la Copa del Rey Repsol, y la verdad es que la obtuvo con una inesperada autoridad (con dos primeros y un segundo), relegando al segundo puesto al Santana (1930), de Wendy Schmidt, que hoy sólo pudo ser cuarto. 


La tercera plaza de la general fue para el Baruna (1938), patroneado por Tony Morse, que se adjudicó la última manga, lo que le llevó a escalar desde la mitad de la tabla hasta el podio.

La historia en la clase de barcos Clásicos (desde 1950 hasta 1975) estaba prácticamente escrita de antemano. 


Hace siete ediciones que ninguna embarcación consigue inquietar al Argos (1964), un Holman & Pye de la armadora neoyorquina Bárbara Trilling. Ganador desde 2018, parecía que en esta ocasión su superioridad podía verse amenazada, pero ni el Albacore (1966), de Luis Figueiredo, ni el Star Shaphire of London (1957), de Jakob Glatz (los barcos que finalmente pelearon por la segunda y tercera plaza) tuvieron opción de destronar al todopoderoso Argos, que con sus diez victorias en la Copa del Rey Repsol ya puede empezar a soñar con superar la marca de 14 títulos del Calima, la unidad más laureada de la historia de la regata. 
Bárbara Trilling, armadora del Argos: “Ha sido una Copa del Rey magnífica. El club nos ha tratado muy bien y hemos disfrutado de competir y de la belleza del puerto de Mahón. No me puedo creer que sea nuestra décima victoria, es algo increíble. Lo celebraremos a lo grande: esta noche cerraré el Latitud 40 [bar situado junto al Club Marítimo de Mahón] junto a toda mi tripulación”.

La competición de Big Boats se vio inevitablemente desvirtuada tras la retirada del Tuiga y del Lady Annedespués de la segunda jornada. Este último partía como gran favorito, tras su victoria del año pasado, pero cuando se trata de barcos tan igualados en diseño y en solvencia de sus tripulaciones como los FI15, las apuestas son siempre arriesgadas. 


El Mariska (1908), que confiaba en medirse con sus gemelos, se quedó solo, dado que el Cariad (1896), su único rival en liza, es una embarcación mucho más lenta y con una configuración (la de queche áurico) que no le permite plantar batalla a los Fórmula 1 de la vela clásica. Su misión parece ser otra: deslumbrar a quienes tienen el privilegio de contemplar su imponente arboladura y la autenticidad de una tripulación que parece salida de otro tiempo.


La lucha más intensa se vivió en Espíritu de Tradición (barcos clásicos modificados con materiales modernos o de nueva construcción con líneas antiguas), donde el Barlovento-Senda Azul (1975), de Domingo de Torres y que contó para la ocasión con el regatista local Fernando Rita, se adjudicó el triunfo en la última manga y recuperó el liderato que perdió tras pinchar con un cuarto puesto en la jornada de ayer. La victoria estuvo en juego hasta el último bordo y se decidió por un punto. El Fligth of Durgan (2007), de Stuart & Grylls, que empezó el día al frente de la general provisional, tuvo que conformarse finalmente con segunda posición, seguido del Happy Forever (2008), de Christian Oldendorff, a sólo dos puntos del ganador.
Jorge Haenelt, táctico del Barlovento-Senda Azul: “Hemos llegado a la última jornada con un triple empate en cabeza y sabíamos que quien entraba delante ganaba, pero son regatas muy complicadas. Nuestros rivales son muy grandes y tienen que sacarnos mucho tiempo. Nosotros vamos a la cola, navegando lo mejor que podemos para intentar que esa inevitable ventaja no sea excesiva. Hoy lo hemos conseguido, hemos sido primeros en compensado y gracias a ello hemos ganado la Copa del Rey, un objetivo que veníamos persiguiendo desde hace tiempo. Estamos muy contentos. Mañana salimos rumbo a Málaga, pero seguro que esta noche lo celebramos bien”.



La ceremonia de entrega de trofeos ha puesto esta tarde el broche de oro a la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época. Han asistido al acto Juan Manuel Lafuente, conseller del Mar i del Cicle de l’Aigua del Govern Balear; Lázaro Alcaide, regidor de d’Esports del Ajuntament de Maó; Rafael Quintana, director insular d’Esports del Consell Insular de Menorca; Basilio Ferrer, presidente del Club Marítimo Mahón; Joaquín González-Devesa, presidente de la Real Federación Española de Vela; Cati Darder, presidenta de la Federación Balear de Vela; Federico Pérez, comandante Naval de Mahón; Javier Sanz, presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares, y Miguel Sierra, gerente de Marina España Repsol.

Mariska (Big Boats), Spartan (Época Cangreja), Amorita (Época Bermudiana), Argos (Clásicos) y Barlovento-Senda Azul (Espíritu de Tradición) son los ganadores de este año.

El Club Marítimo de Mahón ha rendido homenaje al Cariad, la embarcación de mayor eslora y más antigua de la flota, el Cariad, en su condición de centenario. Ha sido la primera vez que esta embarcación botada en 1896 participaba en la Copa del Rey de Barcos de Época. También tuvo un mensaje de aliento para el Tuiga (1909) y el Lady Anne (1912) las dos embarcaciones que tuvieron que retirarse debido a las averías sufridas durante la tormenta del pasado jueves. Los asistentes recibieron estas palabras con una cerrada ovación.

Basilio Ferrer, presidente del CMM, hizo un balance positivo del evento: "Salvo por los daños que sufrieron los dos barcos afectados por el chubasco, pienso que hemos acogudo una magnífica edición. La gente nos está felicitando por la organización y nos transmite su deseo de volver a participar. Nosotros, por nuestra parte, ya estamos pensando y trabajando en la regata del año que viene".

Fuente: Prensa Copa del Rey Repsol de Barcos de Época


sábado, 30 de agosto de 2025

Mariska, Spartan, Amorita y Argos ponen rumbo a la victoria en la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época

La flota pudo completar una jornada sin incidentes tras la tormenta del jueves. Tres barcos empatados a puntos se jugarán mañana la victoria en la clase Espíritu de Tradición.


Tras la tormenta de ayer, que dejó fuera de regata al Tuiga (1909) y al Lady Anne (1912), dos de los barcos con más pedigrí de la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época, las aguas menorquinas volvieron a la calma. Aunque los restos del viento del norte permanecían en forma de mar de fondo, el día amaneció soleado y con la atmósfera desprovista de la humedad que en las dos jornadas anteriores había generado esa mezcla de brisas débiles y posibilidad de chubascos locales tan difícil de gestionar por parte de la organización. El viento no fue todo lo generoso que se esperaba, pero sí suficiente para el buen desarrollo de una regata costera en demanda de la Isla del Aire y con llegada en el interior de la rada mahonesa. Los ocho nudos del sudoeste que marcaba el anemómetro en el momento de la salida se mantuvieron inalterables durante la mayor parte del recorrido.


Época Cangreja
El Spartan (1913), diseñado por Nathanael Herreshoff a partir de las especificaciones de la fórmula NY60, fue el primero en asomar su colosal aparejo de cangreja por la bocana del puerto de Mahón después de recorrer las 21,5 millas náuticas del recorrido en tres horas y quince minutos. La embarcación patroneada por Aladin Montel, a pesar de un fuera de línea en la salida de hoy, se recuperó rápidamente y navegó en la vanguardia de la flota y con viento limpio en las dos mangas disputadas hasta hoy y es ya segura ganadora de la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época en la clase Época Cangreja (barcos anteriores a 1950 con aparejo trapezoidal). La tripulación del Rowdy (1916), el NY 40 de la armadora Dona Dyer, también tiene motivos para estar muy satisfecha. Las dos regatas de esta edición, a falta de la prueba de mañana, han demostrado que, después de una concienzuda puesta a punto este pasado invierno en su base del Real Club Náutico de Palma, navega con cierta holgura en la proa de su gemelo, el Chinook (1916), con el que mantiene una sana rivalidad. El Spartan juega en otra liga, de modo que el virtual subcampeonato tiene por el momento todo el sabor de un triunfo.


Época Bermudiana
El Amorita es un precioso diseño de Nicholas S. Potter, que fue botado en 1937 y que revive sus mejores años de la mano de su actual armador, Claudio Meali. Al igual que ocurre con el Spartan, su victoria está prácticamente asegurada merced a dos victorias muy claras en la clase Época Bermudiana (barcos anteriores a 1950 con aparejo triangular). Hoy le sacó casi cuatro minutos en tiempo compensando a su máximo rival, el Santana (1935), una de las grandes atracciones de esta Copa del Rey Repsol en atención a su convulsa historia, a su impecable restauración y, por encima de todo, al hecho de haber pertenecido a Humphrey Bogart, que llegó a considerarlo su “santuario” personal. El Sonny, de 1935, diseñado por Sparkman & Stephens y armado por el empresario Harold Goddijn, ocupa la tercera posición de la general.


Clásicos
Bárbara Trilling y su tripulación del Argos (1964) puso proa a la que será, casi con total seguridad, su octava victoria en la Copa del Rey Repsol. Ni el Mowgly (1965), segundo en la general, ni el Albacore(1966), tercero, lograron superar a uno de los equipos más laureados de la regata organizada por el Club Marítimo de Mahón. La embarcación líder, que navega con la grímpola del New York Yacht Club, no es la más rápida de la flota de Clásicos (barcos entre 1950 y 1975), pero sí la que mejor defiende su rating. Hoy invirtió cuatro horas y veintiséis minutos en completar el recorrido, frente a las tres horas y cuarenta y siete minutos del Albacore, pero acabó imponiéndose por un minuto tras la corrección de tiempos.


Espíritu de tradición
En Espíritu de tradición hubo cambio de líder. El Flight of Durgan, de Stuart/Grylls, cuarto en la regata inaugural, emergió hoy hasta la primera plaza, relegando al Barlovento-Senda Azul, del armador Domingo Torres, y al Happy Forever, de Christian Oldendorff, a la segunda y tercera plaza, respectivamente. Los tres barcos están empatados a cinco puntos y mañana se jugarán la victoria en su clase a una carta. El orden provisional lo decide, de momento, el resultado de la última manga, aunque, a efectos prácticos, se podría decir que los tres son líderes a la espera de la batalla decisiva.


Big Boats
En Big Boats, tras las retiradas por avería de Tuiga y Lady Anne, el Mariska (1908) no tuvo rival en el Cariad (1896), una embarcación que, a pesar de su mayor eslora, no reúne las condiciones para plantar cara a un FI15 diseñado exclusivamente para la competición.



Fuente: Prensa Copa del Rey Repsol de Barcos de Época

jueves, 28 de agosto de 2025

Un chubasco con vientos de 53 nudos protagoniza la segunda jornada de la Copa del Rey Repsol

Una tormenta sorprendió a la flota de Big Boats frente a la Isla del Aire, causando la desarboladura del Tuiga (1909) y daños considerables al Lady Anne (1912), en una jornada con arranque y final en el puerto de Mahón


La segunda jornada de la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época ofreció un contraste tan bello como dramático. La flota, ansiosa por competir tras la suspensión de la jornada anterior, afrontó un recorrido breve pero intenso con salida y llegada en el puerto natural de Maó, uno de los escenarios más espectaculares del Mediterráneo. Bajo un cielo cubierto y pesado, las 49 embarcaciones clásicas y de época desplegaron sus velas rumbo a la bocana de la rada, ofreciendo una estampa pocas veces vista en las dos décadas de historia de la regata.

Pero esa calma tensa y cargada de electricidad no era un simple telón de fondo. Cuando parte de la flota había cruzado ya la línea de llegada y se encontraba a salvo en su amarre, un chubasco descargó con violencia en las inmediaciones de Punta Prima. La lluvia torrencial y las rachas de viento sorprendieron a los Big Boats en plena singladura, golpeándoles con dureza. Los barcos de mayor eslora habían tomado la salida en último lugar y su recorrido incluía dejar la Isla del Aire por estribor, de modo que se encontraban fuera de la protección del puerto cuando la tormenta alcanzó su mayor intensidad. 


El FI15 Tuiga (1909), buque insignia del Yacht Club de Mónaco, sufrió la desarboladura de su aparejo trapezoidal, mientras el Lady Anne (1912), de la misma clase, rompió el botalón y la cruceta de estribor. La Copa del Rey Repsol de Barcos de Época ha terminado para ambas embarcaciones. La noticia positiva es que los incidentes se saldaron sin daños personales. Ante esta situación, el Comité de Regatas optó por suspender la competición de los Big Boats y aplicar una reparación a los barcos de las restantes clases que no habían cruzado la línea de llegada y que se vieron afectados por la entrada del frente.


El Mariska (1908) y el Cariad (1896), los otros dos Big Boats en liza, salieron prácticamente indemnes del chubasco, aunque también los alcanzó de pleno. Jean-Michel Rouve, jefe de tripulación del Cariad, explicó que el equipo era consciente de que quizás les iba a tocar capear la tormenta: “Sabíamos que el parte era complicado porque teníamos el aviso oficial, pero la fuerza del viento ha sido superior a la prevista”, afirmó Rouve, que añadió: “Nos hemos encontrado con un pico de 53 nudos llegando a la Isla del Aire. Hemos pasado momentos bastante duros, que hemos superado gracias a que tenemos una tripulación que escucha y sabe mantener la calma”.


El navegante Pachi Rivero, patrón del Barlovento, con experiencia en grandes regatas oceánicas y líder en la clase Espíritu de Tradición, reconoció la dificultad de tomar decisiones por parte de la organización cuando la meteorología es tan inestable –“optar por un recorrido u otro, saber cuándo hay que acortar…”– y no dudó en celebrar su buena fortuna por haber terminado la regata muy poco antes de que cayera la tromba de agua: “Nosotros hemos tenido la suerte de arriar la mayor nada más cruzar la línea de llegada”.


En la vertiente puramente deportiva, el Spartan (1913) se impuso en la categoría Época Cangreja(barcos anteriores a 1950 con aparejo trapezoidal). 


Tras él entró el Rowdy (1916), de la armadora Dona Dyer, que logró batir a su gemelo Chinook (1916) en el particular duelo de los NY40 diseñados por Herreshoff. 


Entre los Época Bermudiana (anteriores a 1950 con aparejo triangular) brilló el Amorita(1937), de Claudio Mealli, que cruzó la meta por delante del Santana (1936), barco que perteneció al actor Humphrey Bogart y que patronea Wendy Smith, y del Baruna (1938), de Tony Morse.


En Clásicos, el triunfo fue para el Argos (1964), de Bárbara Trilling, uno de los barcos más laureados de la historia de la Copa del Rey Repsol, que se impuso al Mowgly (1965), de Patrick Harris, y al Clarionet(1966), armado por Andrey Harvey. 


Por su parte, en Espíritu de Tradición dominó el Barlovento (1975), con Pachi Rivero a la caña, que lideró por delante del Celeste di Mare (1971), patroneado por Félix Comas, y del Happy Forever (2008), de Christian Oldendorff.

Fuente: Prensa Copa del Rey Repsol

XXX Regata Illes Balears Clàssics. Lo mejor de la regata balear en 24min

miércoles, 27 de agosto de 2025

La falta de viento y la calima frustran el inicio de la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época

El Comité dio una salida, pero tuvo que anular la prueba al cabo de quince minutos por la caída de la intensidad de viento.

Cariad: un coloso con 130 años de historia

El comienzo de la XXI Copa del Rey Repsol de Barcos de Época tendrá que esperar. La inestabilidad meteorológica, marcada por la falta casi total de viento y la presencia de calima y un ambiente húmedo, ha impedido disputar este miércoles la prueba costera de 22 millas previstas para el estreno de la competición en aguas de Mahón.


El Comité de Regatas llegó a dar la salida a la clase Época Cangreja, pero la situación se deterioró en pocos minutos. “Hemos decidido anular al cabo de un cuarto de hora porque los barcos apenas habían logrado avanzar. A la falta casi total de viento se ha sumado una mar muy desordenada”, ha explicado Ariane Mainemare, oficial principal de la regata. “Las condiciones no han mejorado en la zona de la salida y los registros que nos llegaban de los otros puntos del campo de regatas eran de muy poco viento, por lo que al final hemos optado por mandar la flota a puerto”, ha añadido.


Demasiadas olas para tan poco viento
La decisión ha supuesto dar por concluida sin pruebas la primera de las cuatro jornadas programadas. La mayoría de la flota ha aceptado que, en estas condiciones y sin ningún indicio de que la situación fuera a mejorar, lo más lógico era regresar al amarre y confiar en que la meteorología sea más propicia mañana. Gabriel Catalá, tripulante del Celeste di Mare, uno de los participantes en la clase Espíritu de Tradición, ha señalado que las grandes olas cruzadas que se habían formado de madrugada contrastaban con la falta casi total de viento, lo que hacía "muy, muy incómoda" la navegación. Paul Hartek, del equipo Spartan, uno de los cuatro Big Boats en liza, también ha recalcado la fatal combinación de “demasiadas olas con poco viento”, unas condiciones “muy difíciles para todos”. “Espero que mañana mejore, aunque lo veo difícil. Ojalá podamos terminar la regata”.


La Copa del Rey Repsol de Barcos de Época reúne en esta edición a 49 embarcaciones procedentes de 11 países, divididas en cinco categorías: Big Boats, Época Cangreja, Época Bermudiana, Clásicos y Espíritu de Tradición. Considerada una de las grandes citas de la vela clásica en el Mediterráneo, la regata es puntuable para el Trofeo Clásicos Mare Nostrum – Copa de España de Vela Clásica (RFEV) y para la Mediterranean Champions Cup del Vintage & Classic Yacht Club.


Museo flotante
La flota permanecerá amarrada en el Muelle de Levante, a la vista del público que se acerque al puerto de Maó, donde es posible contemplar de cerca estas embarcaciones históricas, auténticas joyas del patrimonio naval. Si el viento lo permite, la competición se retomará mañana a partir de las 12:30 horas con un recorrido costero, cuya configuración dependerá de la meteorología.

Cariad: un coloso con 130 años de historia
Construido en 1896, el queche áurico armado por Tim Hartnoll, de 36 metros de eslora, se estrena en la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época tras ganar el año pasado el premio Classic Rebuilt Yachts por su impecable restauración


El Cariad, uno de los yates clásicos más impresionantes del mundo que permanecen en activo, navega estos días en aguas de Mahón. Con sus 36 metros de eslora y 130 años de historia, este majestuoso queche aparejado con vela cangreja participa por primera vez en la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época, que se celebra hasta el próximo sábado en el Club Marítimo de Mahón. El encuentro menorquín de vela vintage, en el que toman parte 49 embarcaciones históricas, es una oportunidad para ver en acción a esta imponente embarcación del siglo XIX que ha vivido épocas de esplendor y abandono, y que hoy luce renovada tras una ambiciosa y premiada restauración.

Construido en 1896 por Summers & Payne en Southampton (Inglaterra) para Windham Thomas Wyndham-Quin, cuarto conde de Dunraven, el Cariad (palabra galesa que significa amado) fue concebido desde el principio como velero de regatas. Dos años después de su botadura, logró su primer gran triunfo al alzarse con la Copa Vasco da Gama, una competición que cubrió la travesía entre Lisboa y Bombay para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de la ruta marítima portuguesa a la India.

Durante sus primeras décadas de vida, la embarcación pasó por distintas manos y escenarios, desde regatas de prestigio como la Semana de Cowes hasta travesías oceánicas. Con el tiempo, y tras cambios de nombre y propietarios, su tripulación completó tres vueltas al mundo, incluyendo la primera circunnavegación (1920-1922) comandada por los hermanos suecos Sune y Sebastian Tamm.El siglo XX llevó al Cariad desde los puertos de Sudáfrica hasta las islas del Pacífico, de la Costa Azul al Caribe, en las que el velero vivió etapas de gloria y otras más oscuras. En la década de 1980 fue sometido a una primera gran remodelación, pero en 1993 quedó abandonado en Taiwán. Rescatado por la Asociación Japonesa de Yates de Chárter, navegó de nuevo, solo para volver a caer en el olvido unos años más tarde, esta vez en Bangkok. Entre 2006 y 2008 fue prácticamente reconstruido en el astillero PSS Shipyard de Tailandia, pero la crisis financiera obligó a venderlo antes de que la obra se completara.

Olvidado por su antiguo propietario, el barco sufrió un proceso de deterioro en Singapur durante más de una década. El calor, la humedad y la falta de mantenimiento hicieron estragos: maderas podridas, jarcia inservible, interiores dañados y hasta tres hundimientos parciales.

La suerte del Cariad cambió en 2021, cuando el empresario naviero Tim Hartnoll decidió asumir el reto de devolverlo a su antigua gloria. Hartnoll ya había mostrado interés por el barco unos años antes, y esta vez no dudó: lo trasladó de nuevo a PSS Shipyard, reunió a parte del equipo que lo había arreglado en 2008 y contó con el arquitecto naval británico Paul Spooner para dirigir la restauración. Hoy, sobre su impoluta cubierta, no ha podido ocultar su orgullo por haber propiciado el regreso del Cariad "al lugar al que pertenece": el campo de las grandes regatas.

El proceso fue exhaustivo: se renovó el casco con madera tailandesa, se reconstruyó el interior en teca, se modernizaron todos los sistemas mecánicos y eléctricos, y se repuso aparejo. El resultado es un yate que conserva la estética y el espíritu original de 1896. En 2024, el proyecto fue reconocido con el premio Classic Rebuilt Yachts en la categoría de superyates.

Además de un barco de regatas, el Cariad es un testimonio flotante de la historia de la vela. Hace ocho meses, la Phuket King's Cup Regatta en Tailandia supuso su regreso a la competición, este verano se trasladó a Europa para participar en el 250 aniversario del Royal Thames Yacht Club y ahora las aguas menorquinas son el escenario del resurgir de este velero centenario.

Fuente: Prensa Copa del Rey Repsol de Barcos de Época

domingo, 17 de agosto de 2025

XXX Regata Illes Balears Clàssics. Tuiga, Argos, Sonata, Rowdy, Celeste di Mare y Micanga, vencedores!

Tuiga, Argos, Sonata, Rowdy, Celeste di Mare y Micanga ganan la XXX Regata Illes Balears Clàssics

La competición organizada por Club de Mar-Mallorca ha finalizado hoy con una jornada en la que no se ha podido competir por falta de viento en la Bahía de Palma

El Tuiga en Big Boats, Argos en Clásicos, Sonata en Época Bermudiana, Rowdy en Época Cangreja, Celeste di Mare en la clase Espíritu de Tradición y Micanga en RI Clásicos han sido los vencedores de la XXX Regata Illes Balears Clàssics, que hoy ha finalizado en Club de Mar-Mallorca

Doña Francisca, la impresionante goleta que une tradición y vanguardia 



El viento no apareció en la bahía de Palma y las cerca de 40 embarcaciones participantes se quedaron sin poder competir en la última jornada. El exceso de calor impidió la entrada del viento térmico y, aunque el Comité de Regatas esperó un cambio de condiciones, pasadas las 14.00 horas tomó la decisión de dar por concluida la jornada y, con ella, la competición.
De este modo, la clasificación general de la regata se mantuvo inalterada y no se pudieron resolver algunos de los duelos que se preveían más emocionantes para este domingo. Tres de los ganadores -Argos, Sonata y Rowdy- reeditan el triunfo que ya lograron en la pasada edición de la gran cita mallorquina de embarcaciones clásicas. 


El Tuiga (1909) se proclamó vencedor en la categoría Big Boats. La embarcación del Yacht Club de Mónaco, patroneada por Daniel Pereira, se impuso por un punto al The Lady Anne (1912), armado por Gonzalo Botín. El Star Sapphire of London (1957), de Jacob Glatz, completó el podio en tercera posición. 


En la clase Clásicos, el Argos (1964) y el Clarionet (1960) empataron en el primer puesto, pero el triunfo correspondió al barco armado por Barbara Trilling, que sumó dos victorias parciales frente a la única conseguida por el cutter diseñado por Sparkman & Stephens y armado por Andrew Harvey. El tercer puesto fue para el Mowgli (1965), del RCN Port de Pollença, armado por los hermanos Harris. 


El Sonata (1937), de Jordi Cabau, se llevó la victoria en Época Bermudiana tras liderar la clasificación desde la primera jornada. Le siguieron el Argyll (1948), de Griff Rhys Jones, y el Manitou (1937), patroneado por Charles Mourruau, segundo y tercero respectivamente. 


El Rowdy (1916), de la armadora Donna Dyer, consiguió un doble triunfo: en la categoría Época Cangrejay en la general absoluta de la XXX Illes Balears Clàssics. El cutter diseñado por Herreshoff logró pleno de victorias en las tres mangas disputadas y superó al queche Gipsy (1927), patroneado por Javier Gorbeña, y a la goleta Archangelo (1892) armada por Ana Martínez Vara de Rey. 


En Espíritu de Tradición, la victoria fue para el Celeste di Mare (1971), de Amador Magraner, que aventajó por un punto al Barlovento (1973), patroneado por Pachi Rivero. El tercer puesto correspondió al Sirah (1996), de Alfonso Valdés. 


El Micanga (1974), de Mateu Grimalt, no tuvo rival en RI Clásicos. Ganó las tres pruebas disputadas y se adjudicó la victoria con autoridad. El segundo puesto fue para el Orion (1973), de Tiffany Blackman, y el tercero para el Veritas Dolç (1985), de José Luis Roses. 


Declaraciones de los ganadores
Mateu Grimalt, armador del Micanga: “El tiempo es el que es, no lo podemos cambiar. Si hay condiciones, navegamos; si no, nos vamos al bar. Siempre es un placer venir a esta regata del Club de Mar-Mallorca, disfrutamos de las embarcaciones, de la buena organización y de la gente tan maravillosa que nos atiende”.

Jordi Cabau, armador del Sonata: “Hemos conseguido dos primeros y un segundo. Nuestro rival tenía opciones, pero queríamos defender nuestra posición porque venimos a competir. Es una lástima, porque hemos disfrutado tres días con condiciones meteorológicas espléndidas y hoy el calor ha sido tremendo, sin viento suficiente para navegar”.

Daniel Pereira, patrón del Tuiga: “Estamos muy contentos de haber ganado la Illes Balears Clàssics. La rivalidad con The Lady Anne -la otra embarcación de la clase F15 participante- siempre es muy fuerte. Nos hubiera gustado poder navegar hoy y enfrentarnos a ellos, pero no ha sido posible”.

Donna Dyer, armadora del Rowdy: “La tripulación ha trabajado mucho este año porque la competencia con el hándicap es muy dura. El año que viene repetiremos, porque nuestro barco tiene su base en el Real Club Náutico de Palma, el 70% de la tripulación vive aquí y nos fascina esta regata”.


Doña Francisca, la impresionante goleta que une tradición y vanguardia

El velero se erige, con sus 52 metros de eslora, como una de las joyas indiscutibles de la XXX Regata Illes Balears Clàssics. El empresario Juan Carlos López Mena pudo cumplir su sueño con la construcción de esta embarcación en Uruguay.


Amarrada estos días en los pantalanes de Club de Mar-Mallorca, la goleta Doña Francisca se erige como una de las joyas indiscutibles de la regata Illes Balears Clàssics. Con sus 52,55 metros de eslora y un impresionante botalón de siete metros, este velero es la embarcación más grande de la prueba y uno de los proyectos más singulares de la náutica actual.
Construida en el astillero uruguayo Buquebus y botada en 2014, el Doña Francisca es obra del reconocido arquitecto naval rioplatense Javier Soto Acebal. El objetivo era claro: un velero con espíritu clásico, pero con el respaldo de la última tecnología en construcción naval.
El resultado es un barco de contrastes. Por fuera, sus líneas respetan la tradición marinera de principios del siglo XX y recuerdan a un barco de época. Sin embargo, bajo esa apariencia clásica, se esconde un prodigio de ingeniería: un casco y aparejo íntegramente en fibra de carbono, lo que le otorga una ligereza y resistencia extraordinarias en relación con su tamaño y desplazamiento de 230 toneladas.
Su capitán, Andrés López Mena, explica que "estéticamente el barco luce como un barco de la época clásica, todos sus componentes y detalles tratan de asimilar esa época dorada de la vela, mientras que la parte moderna incluye casco, mástil y botavara de carbono y todo el equipo tecnológico de una embarcación de hoy en día".
Su aparejo de dos mástiles impresiona: el mayor alcanza casi 50 metros desde la línea de flotación, mientras que el trinquete se eleva 46 metros. A ello se suman un conjunto de velas de alta tecnología que marcan la diferencia. El superyate cuenta con cerca de dos mil metros cuadrados de superficie vélica cuando va a todo trapo. Solo la mayor suma 407 m², acompañada por una trinqueta, un génova y una trinquetilla. A este arsenal se le añaden un spinnaker asimétrico de 1.032 m² y un foque de tormenta de 55 m², preparados para enfrentar cualquier condición de mar.
La parte moderna ayuda a que un velero de este porte, de 52 metros de eslora, pueda contar con una tripulación no muy extensa. “Con cinco personas, nosotros operamos el 100% del barco, desde las maniobras de vela a las de puerto e, incluso, atender a los invitados”, apunta el capitán del Doña Francisca.
Si el exterior remite a la modernidad, el interior del barco es un homenaje a la tradición. Maderas de caoba y castaño, salones elegantes, siete camarotes con capacidad para catorce invitados, oficina y sala de lavandería componen un ambiente que transporta al siglo pasado.
El nombre del barco no es casual. La goleta rinde homenaje a Doña Francisca, abuela del capitán Andrés López Mena, hijo del empresario uruguayo Juan Carlos López Mena, propietario de la naviera Buquebus, que con esta embarcación pudo cumplir uno de sus sueños. "Construir este barco fue un reto que en ese momento parecía imposible. Un velero de estas características siempre es difícil en cualquier parte del mundo, pero es que el armador decidió hacerlo en Uruguay, un país que no tiene una industria náutica grande. Así que se montó un astillero con un equipo de profesionales altamente capacitados y después de cinco años se logró finalizar esta embarcación tan bonita", remarca el capitán del Doña Francisca.
En la regata de Club de Mar Mallorca, la Doña Francisca participa en la categoría especial “Presencia”, reservada a embarcaciones que, sin competir, enriquecen la regata con su valor histórico y estético. Cada día, el velero zarpa desde el puerto con invitados a bordo para disfrutar de las regatas en la Bahía de Palma, un espectáculo que combina deporte, tradición y el magnetismo de uno de los veleros más impresionantes de los últimos tiempos.

Fuente: Prensa Regata Illes Balears Clàssics

sábado, 16 de agosto de 2025

La XXX Regata Illes Balears Clàssics llega a su última jornada con todo por decidir

Cuatro de las seis clases participantes afrontan al final de la regata con la clasificación general al rojo vivo. Mañana se decidirá la competición de embarcaciones clásicas que organiza Club de Mar-Mallorca


La XXX Regata Illes Balears Clàssics afrontará mañana su última jornada con todo por decidir. La clasificación está muy igualada en cuatro de las seis categorías (Big Boats, Clásicos, Espíritu de Tradición y Época Bermudiana) y solo el Micanga, en RI Clásicos, y el Rowdy, en Época Cangreja son favoritos claros al triunfo final pues han ganado ambos todas las pruebas disputadas.
La flota se ha dividido hoy en dos campos de regata. Las embarcaciones de gran eslora han realizado un recorrido de ida y vuelta con salida frente al Molinar en dirección a una boya ubicada a la altura de la costa de Bahía Grande para navegar un total de 17,5 millas náuticas. El resto de los participantes han completado el recorrido número siete de las Instrucciones de Regata, más corto, y que ha llevado a las embarcaciones hasta aguas de Palmanova.
La salida se ha dado poco después del mediodía con un viento térmico de unos 10 nudos de intensidad que se ha mantenido bastante estable a lo largo de toda la prueba y que permitido a los veleros concluir la manga con bastante celeridad. 


El Tuiga (1909) ha roto a su favor el empate que había en la clasificación general de los Big Boats. La igualdad entre el barco del Yacht Club de Mónaco, que hoy se ha impuesto con una renta de apenas unos segundos, y The Lady Anne (1912) es máxima y el Tuiga llega a la última jornada con un solo punto de ventaja sobre el velero armado por Gonzalo Botín, así que la regata de mañana decidirá al ganador de esta XXX Illes Balears Classics. 


Al rojo está también la categoría de Clásicos, con el Argos (1964) y el Clarionet (1960) empatados a cinco puntos con solo una prueba más por disputar. El barco armado por Barbara Trilling se ha impuesto en la manga de hoy y se ha situado como líder, mientras que el cutter diseñado por Sparkman & Stephens ha ocupado la segunda plaza. Completa el podio provisional el Mowgli (1965), de los hermanos Harris, que está en la tercera posición aunque a tres puntos de distancia.
Manuel García del Cid, tripulante del Clarionet, ha lamentado la pérdida momentánea del liderato de su barco a manos del Argos: "Lo hemos intentado, pero no nos han salido las cosas. Un segundo puesto no es un mal resultado pero tenemos que mejorar si queremos ganar al Argos".


El Argyll (1948) ha estrenado su casillero de victorias en la categoría de Época Bermudiana. El yawl patroneado por Alexis Bordessoule ha superado hoy al Sonata (1937), de Jordi Cabau, que ha finalizado en la segunda plaza y se mantiene al frente de la clasificación general.
El reconocido actor galés Griff Rhys Jones, armador del Argyll (1948), ha explicado que hoy las condiciones les han sido favorables: "Ayer tuvimos poco viento, mientras que hoy hemos tenido un viento más fuerte con el que somos más rápidos porque nuestro barco es pesado, además este año tenemos a bordo una gran tripulación. Nuestra referencia en regata es el Manitou, un barco que es similar al nuestro y que es del mismo diseñador -Olin Stephens- por lo que la llegada a meta ha sido muy igualada con una diferencia de solo nueve segundos".


El Rowdy (1916), de la armadora Donna Dyer, no afloja y ha añadido otro triunfo a su casillero. El sloop diseñado por Herreshoff lleva tres victorias en tres regatas celebradas en la categoría de Época Cangreja. Un día más, su máximo rival ha sido el Gipsy (1927), que ha finalizado en segunda posición, mientras que el Scheherezade (1978), de Luis Sancho, ha finalizado en tercer lugar.


Javier Gorbeña, patrón Gipsy, afirmado que "ha sido un día muy bonito para navegar. Ha subido el viento y la travesía hasta Illetas ha estado muy entretenida porque había que elegir ir por un lado o por otro, mientras que el regreso, de popa, ha sido muy rápido". Gorbeña ha reconocido la superioridad del Rowdy, lider de su categoría, apuntando que "es un barco mucho más grande y con un buen rating, es imposible, así que para nosotros, conseguir un segundo puesto es una victoria".

Un solo punto separa en la tabla de la categoría de Espíritu de Tradición al Celeste di Mare (1971), de Amador Magraner, del Barlovento (1973), de Domingo de Torres. 


El barco patroneado por Iñaki Rivero se ha impuesto en la manga de la jornada y aprieta aún más la clasificación. El Sirah (1996), de Alfonso Valdés, se ha situado en la tercera posición provisional.


El Micanga (1974) sigue intratable en RI Clásicos. La embarcación de Mateu Grimalt se ha impuesto en las tres pruebas disputadas hasta ahora y ya toca con sus dedos el triunfo final de la regata que organiza Club de Mar-Mallorca. En esta categoría el Orion, de Tiffany Blackman, ocupa la segunda posición y el Veritas Dolç, de José Luis Roses, la tercera plaza.


Fuente: Regata Illes Balears Clàssics

viernes, 15 de agosto de 2025

Cambio de líderes en la mitad de las clases de la Illes Balears Clàssics

The Lady Anne (Big Boats), Clarionet (Clásicos) y Celeste di Mare (Espíritu de Tradición) se ponen al frente de sus respectivas categorías, mientras que Sonata (Época Bermudiana), Rowdy (Época Cangreja) y Micanga (RI Clásicos) aumentan su renta en las suyas


La XXX Regata Illes Balears Clàssics ha llegado a su ecuador tras la disputa de la segunda jornada de competición en la que la flota de 40 embarcaciones ha completado una prueba más en aguas de la Bahía de Palma. En la mitad de las seis clases participantes en la regata organizada por el Club de Mar Mallorca ha habido cambios al frente de la clasificación, mientras que en la otra mitad, los líderes han consolidado su posición de privilegio.

La jornada ha estado condicionada por el fuerte calor y por un viento del Oeste que hoy ha soplado con una menor intensidad en la Bahía de Palma, alcanzando entre 6 y 7 nudos. De hecho, el inicio de la competición se ha tenido que retrasar hasta las 14:30 horas a la espera de que acabase de entablarse. La flota ha navegado el recorrido número ocho de las Instrucciones de Regata, que ha consistido en una prueba de cuatro tramos y 8,2 millas de distancia que se ha disputado frente a Cala Gamba y s'Arenal.

El Tuiga (1909) y el Lady Anne (1912), han reeditado un día más su rivalidad en la categoría de grandes esloras, pues las dos joyas diseñadas por William Fife III tienen un rendimiento parejo. El barco armado por Gonzalo Botín se ha llevado hoy el gato al agua y ha obtenido la victoria. Con este resultado, el Lady Anne se sitúa al frente de la general de los Big Boats, pero ambos barcos están empatados a tres puntos. 


Richard Le May, patrón de The Lady Anne ha puesto de manifiesto la gran igualdad que existe entre estos dos barcos: “Nuestra clase es muy difícil. Hay muy poca diferencia con el Tuiga por lo que no puedes cometer el más mínimo error pero, al mismo tiempo, es divertido. Hemos tenido unas condiciones muy cambiantes y mucho calor. Nos gusta navegar en la Bahía de Palma, esta es la séptima vez que participamos en la Regata Illes Balears Classics”.


El Sonata (1937), de Jordi Cabau, ha vuelto a imponerse en la clase de Época Bermudiana. En esta ocasión, ha ganado con dos minutos y medio de ventaja sobre el Manitou (1937), un diseño de Olin Stephens de 1937, que ha sido segundo y unos segundos más sobre el Argyll (1948), de Griff Rhys Jones, que ha finalizado en tercer lugar.


La clase Época Bermudiana también mantiene el mismo líder que en la jornada inaugural, pues el Rowdy, de la armadora Donna Dyer, ha sumado un nuevo triunfo en la regata disputada hoy, superando por un margen de más de media hora a su perseguidor, que ha sido el Gipsy (1927), una embarcación de la Fundación Vela Clásica de España que está patroneada por José Luis Vilar.


La clasificación de Clásicos es la que está más apretada. El Clarionet (1960) ha aprovechado su triunfo en la regata de hoy para situarse como líder con un punto de ventaja sobre el Argos (1964), de Bárbara Trilling y dos puntos sobre el Mowgli (1965), que ocupa la tercera posición.

Amador Magraner y su Celeste di Mare (1971) se han aupado hasta la primera posición de la categoría de Espíritu de Tradición. El Sparkman & Stephens con bandera del Reial Club Nàutic Port de Pollença ha superado al Barlovento (1973), de Domingo de Torres, y al Legolas (1996), de Jens Ricke, que ahora están empatados a cinco puntos por los tres que tiene la embarcación mallorquina.
Félix Comas, patrón del Celeste di Mare ha realizado un balance positivo de la jornada al señalar que "no podía ir mejor, porque hemos llevado a cabo algunas maniobras para conseguir liderar la clasificación. Ha sido una regata complicada porque había poco viento. La clave ha sido salir bien, lo más limpio posible, y hacer una buena lectura del viento en el campo de regatas”, ha apuntado.


El Micanga (1974), de Mateu Grimalt, ha vuelto a imponerse en RI Clásicos. En esta categoría se han repetido los resultados de la peimra jornada, con el Orion, de Tiffany Blackman, en segunda posición y el Veritas Dolç, de José Luis Rores, en la tercera.
Mateu Grimalt, armador del barco ganador en RI Clásicos ha explicado que “las condiciones del mar ha sido buenas aunque había poco viento. Hay que saber hacer correr a estos barcos con poco viento, que no es fácil. Siempre hay que luchar para ganar y nosotros salimos al mar para ganar”.


La competición de embarcaciones clásicas continuará reanudará sábado en el Club de Mar Mallorca con nuevas pruebas que están programadas, en función del viento, a partir de las 11:30 horas

Archangelo: un amor a primera vista. Ana Martínez Vara de Rey es la armadora de esta joya del patrimonio naval que participa en la Regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar-Mallorca


Ana Martínez Vara de Rey, una de las escasas mujeres armadoras en el circuito de vela clásica, participa en la Regata Illes Balears Classics del Club de Mar Mallorca a bordo del Archangelo, un diseño de Nathanael Herreshoff construido en 1892. Su relación con este velero, que conoció en su juventud en la bahía de Pollença, ha marcado su pasión por el mar durante casi dos décadas.
Martínez Vara de Rey recuerda el momento en que vio por primera vez la embarcación: “Me enamoré de este barco hace muchos años, cuando apareció en 1983 en la bahía de Pollença, un lugar al que estoy muy unida porque crecí allí. Era una goleta preciosa. Yo era muy joven, pero me entusiasmaba. Años después volvió a cruzarse en mi vida y no dudé en adquirirlo, aunque muchos me advirtieron de que no podría con él. Han pasado dieciocho años y aquí sigo. A bordo de este barco he sido inmensamente feliz”.
Ana Vara de Rey explica que la goleta ha tenido varios propietarios. “Del primero que tuve conocimiento es de un notario de París, Patrick Remme, quien encontró la embarcación en Italia muy deteriorada con el nombre de Natanthal y la trasladó a Hyères, en Francia, para restaurarla completamente. La remodelación terminó en 1983 y entonces le cambió el nombre a Archangelo”.
Después, el barco pasó a manos de Joel Dressel, capitán de la goleta América de Ramón Mendonza, quien encargó a Astilleros Mallorca una importante restauración. Nuevamente, el barco cambio de nombre al registrarse como La Brillanta en honor a la luna, según cuenta su actual armadora.
Posteriormente, la goleta fue adquirida por un joven italiano, Nicola Calderoni, quien la llevó a Pollença y en el año 2007 la compró Ana Martínez Vara de Rey, la abanderó en España y recuperó el nombre de Archangelo.
Aunque no hay documentación del barco tras la incendio del primer astillero donde fue restaurado, al presidente de la Asociación Española de Barcos de Época y Clásicos, Leonardo G.Vicentiis, no le cabe duda de que es un diseño de Nathanael Herreshoff porque “tiene las mismas líneas, pero en pequeño formato, del barco Ticonderoga”.
“El Archagelo se caracteriza por su doble proa. Es una pequeña goleta que navega muy bien y es fácil de manejar porque el velamen está repartido en varios palos y tiene 9 metros de eslora”, señala Vicentiis.
Para la armadora, el Archangelo es mucho más que un barco: “Tiene alma. Cuando subo a bordo siento que late, que respira. No es solo por lo rápido, estable y fácil de manejar que es, sino por lo que transmite: parece que vuele. Para mí es como un arcángel personal que me ha acompañado en los momentos más duros y en los más felices de mi vida”.
La embarcación, construida en 1892 y mantenida en su estado original desde que está en sus manos, ha sido también el escenario donde sus nietos han aprendido a navegar. “Todos han sido tripulantes de vela clásica conmigo. Incluso hubo una época en la que, por falta de motor, salíamos a vela desde el fondeo y la gente en las calas se levantaba para verlo”, recuerda.
Martínez Vara de Rey lamenta que haya tan pocas mujeres armadoras en el circuito: “Me encantaría que fuéramos más. Esto no es solo una tradición, es una pasión que se lleva dentro”.
En esta edición de la Illes Balears Clàssics del Club de Mar-Mallorca, el Archangelo compite en la clase Época Cangreja, acompañado de una tripulación experimentada encabezada por Toni Bayés, Marc Bayés e Íñigo Aznar, Diego Riera, entre otros regatistas, con el objetivo de devolver a esta histórica embarcación la visibilidad que merece en el circuito de vela clásica

Fuente: Regata Illes Balears Clàssics

jueves, 14 de agosto de 2025

La Bahía de Palma cumple en el estreno de la XXX Regata Illes Balears Clàssics

Argos, Tuiga, Sonata, Rowdy, Barlovento y Micanga son los primeros líderes de la competición. La nota triste del día la ha puesto el Gianella (1966), que ha sufrido una rotura en el mástil y ha tenido que retirarse de la regata

La presidenta de la Fundación Vela Clásica de España navega a bordo del Livia, velero construido en Mallorca, en la regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar-Mallorca


La XXX Regata Illes Balears Clàssics ha largado amarras hoy en el Club de Mar Mallorca con un buen viento que ha propiciado una gran jornada de regatas. Una flota de casi 40 embarcaciones se ha dado cita en la Bahía de Palma en el estreno de la competición de vela clásica y de época más importante de Mallorca. El Embat, viento térmico característico de la capital balear, apareció pronto y sopló con una media de 10 nudos.

El Comité de Regatas montó un recorrido en forma de ocho, con salida frente a la Catedral de Mallorca, paso por Can Pastilla para dirigirse a boya frente a Illetes y regreso al punto de partida. La nota triste del día la ha puesto el Gianella, un yawl con bandera de Malta botado en 1966, que ha roto el mástil y no ha podido completar la travesía.


El Argos (1964), de Bárbara Trilling, ganador absoluto de la edición del año pasado de la regata, se ha puesto al frente de la clasificación de Clásicos. El barco del New York Yacht Club ha sido el claro vencedor de la prueba de hoy, con una renta de más de cuatro minutos sobre el Clarionet (1960), que ha acabado en segunda posición, y más de 11 minutos sobre el Mowgli (1965), que ocupa la tercera plaza.


El Tuiga (1909) y el Lady Anne (1912), dos de los supervivientes de la histórica clase FI15, han protagonizado un bonito duelo por el liderato de los Big Boats. En el agua, el más rápido ha sido el barco armado por Gonzalo Botín, pero no ha obtenido suficiente ventaja y, tras la compensación de tiempos, ha sido superado por la embarcación del Yacht Club de Mónaco patroneada por Daniel Pereira.


La clase Época, donde navegan los barcos más antiguos, ha competido separada en las categorías Bermudiana y Cangreja, en función del aparejo que portan cada uno de los veleros. En el primer grupo, el triunfo se lo ha llevado el Sonata (1937), de Jordi Cabau, un diseño de John G. Alden?restaurado íntegramente en Mallorca que se ha impuesto por un escaso margen al Argyll (1948), de Griff Rhys Jones.
Jordi Cabau, armador del Sonata, ha alabado las condiciones de la Bahía de Palma: “Hoy ha sido el día 10 con un Embat sostenido, mar plana… Así da gusto competir. Hemos tenido unos rivales muy buenos con los que hemos estado luchando hasta la línea de llegada. Quedan tres días y tenemos que trabajar mucho si queremos conseguir la victoria”.


Por su parte, en la categoría de Época Cangreja, el mejor ha sido el Rowdy, que ha mostrado muy superior al resto de embarcaciones de su división. La armadora del barco, Donna Dyer, ha apuntado que la jornada de hoy les ha brindado la oportunidad de “utilizar unas nuevas velas para vientos suaves y la verdad es que han dado buen resultado en esta primera regata. Estamos encantados con el comité organizador y de navegar en Palma porque nuestro barco tiene sede aquí y ocho de sus tripulantes viven en esta ciudad”.


El Barlovento (1973) ha sumado su primer triunfo parcial en la Bahía de Palma. El velero armado por Domingo de Torres encabeza la categoría de Espíritu de Tradición, seguido del Celeste di Mare (1971) el Sparkman & Stephens de Amador Magraner, y del Legolas (1996) de Jens Ricke, que ocupa la tercera posición provisional.
Pachi Rivero, patrón del Barlovento, ha explicado que la tripulación ha llegado a Mallorca justo para poner a punto el barco, “pero al final nos ha ido bastante bien en esta primera jornada. He navegado con este barco desde Cádiz hasta el Club de Mar Mallorca en una travesía de siete días y hoy me ha sorprendido lo rápido que compite en relación con el Legolas, entre otros veleros”, ha apuntado el veterano regatista.


El Micanga (1974), el Holman patroneado por Mateu Grimalt, ha sido el mejor de los RI Clásicos, donde compiten cuatro unidades. La competición se reanudará mañana viernes, 15 de agosto, en que se esperan unas condiciones meteorológicas similares a las de hoy.


Valle de la Riva, la armadora que rescata y preserva la vida de los barcos clásicos
A bordo del Livia, velero construido en el Astillero Myabca de Pollença a principios de la década de 1960 sobre un diseño de Lewis Francis Herreshoff, Valle de la Riva navega entre recuerdos y proyectos. Tras una cuidadosa restauración que devolvió a esta embarcación su elegancia original, la presidenta de laFundación Vela Clásica de España combina su papel de armadora con la gestión de una iniciativa dedicada a preservar y dar continuidad al patrimonio náutico clásico del país.


“El diseño del Livia es de 1958, aunque se botó en torno a 1963 o 1964. La restauración ha sido más profunda de lo que pensábamos al principio, pero estamos encantados con el resultado. Es un barco precioso, elegante, y lo estamos disfrutando mucho”, explica.
De la Riva no solo es armadora del Livia, sino también impulsora de un proyecto ambicioso: la Fundación Vela Clásica de España. “La idea surgió al darnos cuenta de que, cuando nosotros no estuviéramos, nuestros hijos probablemente no querrían hacerse cargo de los barcos. Para nosotros son casi parte de la familia, y pensamos que otros armadores podían tener el mismo problema. Creamos la fundación para que los barcos clásicos que se quedaran sin continuidad tuvieran un lugar donde ser mantenidos y restaurados”, detalla.
La fundación ha levantado en Puerto Sherry una atarazana que ya está prácticamente terminada, destinada a la construcción, reforma y mantenimiento de embarcaciones clásicas. Además, desarrolla en la bahía de Cádiz programas para recuperar oficios tradicionales como el de carpintero de ribera o calafate.
Su vínculo con la vela clásica se afianzó cuando Puerto Sherry, junto con la Fundación Isla Lusitana, obtuvo el derecho de uso de los veleros históricos Hispania y Giraldilla. “Fue una idea de mi marido. Cuando él falleció al año de iniciar el proyecto, me hice cargo y descubrí este mundo apasionante. Navegar en un barco clásico es hacerlo a la manera antigua. Me encanta que los niños aprendan en ellos, porque encuentran maniobras que les resultan completamente nuevas. La madera, o la adoras o la odias… en mi caso, la adoro”, confiesa.
Para la presidenta de la Fundación Vela Clásica de España, las regatas son esenciales: “Si no hubiera competiciones de clásicos, muchos armadores no tendrían el incentivo de mantener sus barcos. Esa sana competencia hace que hoy tengamos una flota magnífica. Sin regatas, irían desapareciendo poco a poco”.
Actualmente, la fundación navega con el Livia y el Gipsy, mientras prepara la restauración de otras embarcaciones. “Ahora que la atarazana está casi lista, tenemos más barcos en cartera esperando su turno. Quizá el año que viene vengamos con uno más. Seguimos con mucha ilusión, abiertos a nuevos proyectos y disfrutando de esta maravilla que son los barcos clásicos”, asegura.
Sobre si repetirá en la próxima temporada, Valle de la Riva no duda: “Por supuesto. Esta es una cita obligada. Aquí nos cuidan tanto en el agua como en tierra. Siempre hay que venir”.

Fuente: Regata Illes Balears Clàssics

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